viernes, 27 de septiembre de 2013

Hace cuarenta y tantos años

(Para la memoria histórica de los más jóvenes) El 22 de julio de 1969, hace muchos años de esto, las cortes españolas designaron a D. Juan Carlos de Borbón como sucesor del dictador Francisco Franco en la Jefatura del Estado, con el título de rey de España. El Dictador nombraba así a su sucesor, y lo dejaba todo "atado y bien atado" como dejó escrito en su testamento: hacía que todo cambiara para que todo siguiera exactamente igual. Este Rey advenedizo, al que algún traidor a la causa republicana apodó El Breve,  vaticinando que iban a durar poco sus indignas posaderas sobre el trono de las Españas, ejerció durante  casi cuarenta años la Jefatura del Estado, tanto como el Otro, que fue su padre espiritual y mentor.

Por otro lado, los días 15, 16 y 17 de agosto de ese mismo año se celebró en Woodstock un festival de rock que reunió de forma libre a medio millón de jóvenes. Los mercachifles de la industria del disco hicieron su agosto hace unos años reeditando el festival, publicando varios libros, CD,s., DVD,s.  y demás  revival que aquí interesa bien poco, porque no pretendemos viajar a la granja de Yasgur a resucitar el evento. Lo que quisiera reivindicar aquí es lo que puede seguir vivo del espíritu rebelde de Woodstock: la deserción masiva y victoriosa de la guerra de Vietnam y de la «forma de vida americana».  Abbie Hoffman, uno de esos rebeldes, contestó a la pregunta rutinaria del tribunal que lo juzgaba sobre su lugar de nacimiento afirmando haber nacido en Woodstock. A las protestas del fiscal contestó: «La nación de Woodstock es un estado espiritual, el mismo de los Siux,  que llevan su nación con ellos».

Jimmy Hendrix interpretaba para destrozarlo el himno nacional norteamericano. Lo hizo en Woodstock,  precisamente, hace ahora cuarenta y tantos años,  enarbolando su guitarra eléctrica, que no deja de ser un símbolo fálico que él acaricia para extraer de él sus mejores notas en una actuación que es una alegoría de la masturbación y el onanismoprotestando así contra la guerra del Vietnam y contra todos los himnos y todas las patrias del mundo, y principalmente contra la suya, que es la que a él le ha tocado padecer más de cerca. Sirva este lugar como homenaje a él y al espíritu vivo de Woodstock : no paz, sino guerra a la guerra.

jueves, 26 de septiembre de 2013

¿Cuál es el sentido de la vida?



El artista dirá, seguramente, que el arte es lo que da sentido a su vida, pintura o escultura, música o poesía o lo que sea; para el enamorado, será el amor y el erotismo o, simplemente, la persona amada. El obsesionado por el sexo dirá, si se atreve a proclamarlo, que lo que da sentido a su vida es el consumo compulsivo de pornografía; para el economista, será quizá el dinero y la eterna crisis económica; el político dirá que el buen gobierno; y para el hombre religioso, será quizá la búsqueda infructuosa de Dios lo que dé sentido a su vida.

Pero para mí la vida no tiene propósito, sentido ni objetivo alguno porque, sencillamente, no necesita tenerlo, y eso es lo bueno de ella: carece de cualquier sentido. Puede tener cualquiera y, sin embargo, de por sí no no tiene ninguno en absoluto.

El hecho de que pueda adoptar tantas y tan variadas orientaciones es lo que revela que no tiene ninguna en absoluto, y que, si la tuviera, sería relativa, y, por lo tanto, válida sólo para la persona que la tiene, pero no extensible a los demás.

La vida no tiene ningún sentido. Y eso, lejos de ser algo malo, es lo bueno de ella: caminante, no hay camino sino estelas en la mar (fin de la cita de Antonio Machado).

miércoles, 25 de septiembre de 2013

Paradoja sadomasoquista

El juego erótico de la dominación
que instituyó el marqués de Sade nos enseña
que se puede ser esclavo de alguien libremente
y hallar la libertad en la sumisión total
y el mayor placer en el dolor y el sufrimiento.

lunes, 23 de septiembre de 2013

Striptease

Desvístete, mi amor, un poco más aún.
Despréndete de las ideas inculcadas,
que has hecho tuyas propias, viejos trapos sucios,
de los conceptos que amordazan el lenguaje
y la razón común a todos los mortales,
despójate de los prejuicios y falsedades,
libérate de todas las ideologías,
emancípate del uniforme del vestido,
y cuando estés sin nada que ocultar, en cueros
frente al espejo de la inmensidad del mar,
prosigue desnudándote todavía más,
así, mi amor, quedándote en pelota viva,  
sin fin, sin fin en striptease interminable.

domingo, 22 de septiembre de 2013

Abajo el trabajo

El lema de los campos de concentración y exterminio nazis rezaba en alemán ARBEIT MACHT FREI, lo que quiere decir: “el trabajo libera”. ¡Qué sarcasmo! ¿De qué libera el trabajo? ¿Quién me libera a mí del trabajo, esa maldición bíblica, dándome la alegría, el júbilo, de la jubilación anticipada?

Frente al lema nacional-socialista de los campos de concentración y exterminio donde los prisioneros estaban condenados a trabajos forzados yo esgrimo este otro: No te fíes de la liberación que dicen que da el trabajo, libérate, mejor, del trabajo asalariado que es el nombre moderno de la antigua esclavitud embrutecederoa: ¡ABAJO EL TRABAJO!
 

Sagrada comunión




No me conformo con la sagrada eucaristía,
quiero la verdadera comunión contigo.
Déjate de hostias, simulacros y símbolos
de tu carne y sangre, de tu espíritu y tu cuerpo.
Quiero comerte, Cristo, vivo y crudo a ti
como el carnívoro caníbal a su presa
y beber el flujo de tus venas cual vampiro,
devorarte todo entero y vero, y engullirte,
comulgar contigo y no con tus metáforas
del pan y el vino: quiero poseerte a ti,
que seas carne y sangre de mi carne y sangre,
que seas mío y sólo mío porque tú eres
mi solo y único y mi verdadero Dios.






Semidesnudo, míralo, y atado al poste,
azotado por un par de esbirros con la fusta
hasta que se abren sus blancas carnes flageladas
y la sangre corre. Hay placer en el sadismo
de los verdugos que disfrutan como Dios.
Se ve en sus caras, que reflejan el horror
del que goza con el sufrimiento de los otros.
Seguramente están sus vergas bien arrechas
y bien hinchados sus testículos preñados
de semen de odio largo tiempo retenido.
...Y placer en el masoquismo de la víctima
que se presta al propio sacrificio como Dios.
Se ve en su rostro que el dolor es placentero,
y que el placer es doloroso, y que se ofrece
para salvarnos a nosotros y enseñarnos
el camino de la autoinmolación presentando
la otra mejilla y la sonrisa más amable
del que sabe que, hagan lo que hagan, no podrán
hacerle daño alguno pues convertirá
el sufrimiento y la pasión en un orgasmo,
su abierta carne en pan, su roja sangre en vino,
en amor el odio, y su fracaso en éxito.



Dios no es más que el pretexto o, si se prefiere, la disculpa que tiene mucha gente, incluidos los sedicentes ateos, para creer en algo.

viernes, 20 de septiembre de 2013

El pueblo contra la democracia



La democracia parlamentaria, que es el nombre que recibe el sistema de dominio vigente que padecemos en la actualidad, no tiene nada, desde sus orígenes, de verdaderamente democrático en el sentido más genuino de la palabra. Cada día que pasa se descubre más, tras la máscara, su verdadero rostro. Y es que lo llaman democracia y no lo es.
 
Decidme qué sería de esta sociedad
sin la cocaína y los antidepresivos varios,
sin drogas ya legales o ilegalizadas;
se vendría abajo el orden que hay establecido:
la democracia occidental globalizada.

¿Qué diablos va a ser eso del gobierno del pueblo a través de sus legítimos representantes? Esa es la falacia: que a los gobernadores civiles, ministros, directores provinciales, presidentes del parlamento, diputados, senadores y demás animales del zoo político social se los considera representantes de la voluntad popular, ocultando su verdadero rostro de gobernadores y funcionarios del Estado, es decir, de H.G.P. o Hijos de la Gran Puta. 

La Gran Puta, por cierto, no es tanto su madre de carne y hueso como esta otra, no menos real pero simbólica madre, si no es un padre, que es el Estado prostituido como está al Becerro de Oro, que es el nombre veterotestamentario del Capital.

Si los hijos todos de puta se echan a volar,
no se vería en todo el año el sol brillar.

Si el pueblo es de veras soberano, no puede haber ningún dios ni ningún estado ni ningún jefe del estado por encima de él: ni dios ni estado, ni mucho menos esta mascarada del gobierno de los representantes de la voluntad popular que, en lugar de representar la voluntad del pueblo, la usurpan para ejercer su tiranía en el nombre del pueblo, es decir, por el sufragio universal, como antaño se hacía en el nombre de Dios, por la gracia de Dios como se leía en la vieja moneda de una peseta de Francisco Franco: Caudillo de España por la gracida de Dios. Y es que el pueblo (demo- en griego) ha venido a sustituir a Dios (teo- en la lengua de Homero), por lo que la democracia es en realidad una teocracia de nuevo cuño, enmascarada, disfrazada.

Si sirvieran las elecciones para transformar
la vida, el voto no estaría permitido,
ni el sufragio universal sería un derecho.
Si el voto es un derecho, dicen, y un deber
es porque no se cambia nada con el voto.

Algunos dicen que la democracia tal como la conocemos no es perfecta, pero es el mejor sistema de gobierno que se ha inventado. Efectivamente, el mejor que hay, por eso lo hay, por eso se está imponiendo en casi todo el mundo mundial. Pero eso no quiere decir que sea bueno, quiere decir que es lo que hay. Dicen que de los males es el mal menor, pero es un mal, no lo olvidemos. Y lo de menor es muy relativo: menor porque no se ve lo malo que es, no porque sea menos malo que, pongamos por caso y mencionemos a la bicha, la dictadura. 

Los que mandan son los más mandados. Todos esos ministros y ministras, jefes de estado, alcaldesos y alcaldesas y demás ejemplares del zoo político social no pintan nada, no mandan nada; ni siquiera se puede decir que hagan lo que les da la gana y que nos impongan su despótica voluntad como los pocos tiranos déspotas que en el mundo quedan. Ellos sólo pueden hacer lo que está mandado, lo que Dios manda, lo que el Becerro de Oro al que sirven sumisamente sin darse cuenta les ordena: son economistas, no políticos en el verdadero sentido de la palabra: lo único que hacen es facilitar los intercambios económicos, los flujos y reflujos de capital. No pueden hacer otra cosa.

Desgraciadamente, además, hoy no parecer existir en ningún lugar del mundo algo que se parezca mínimamente a una oposición política que no sea una mera alternativa de poder, un recambio en el gobierno.

Los sindicatos obreros en lugar de liberar a la clase trabajadora de las cadenas del trabajo asalariado, aseguran más su sujeción, colaborando con la patronal y el Estado, que es el paraguas o condón del Capital, el dios omnipotente, real y falso, al mismo tiempo, el más poderoso e impotente paradójicamente de todos los caballeros, don Dinero.



Las reivindicaciones puramente materiales o económicas de derechos laborales, las luchas por las mejoras en las condiciones del medio proletario, como la conquista del fin de semana o el mes de vacaciones como tiempo libre, estaban ya dentro de una estrategia de adaptación a la sociedad de consumo. El tiempo libre conquistado por los obreros era pronto asimilado al consumo turístico y la industria de ocio. 

Lo que podía parecer una liberación temporal del trabajo asalariado se ha visto después que ha servido para justificar la propia existencia y dureza de la explotación capitalista y la sujeción de los curritos al duro yugo: uno se libera el fin de semana para volver el lunes al trabajo como nuevo y soportar la semana laboral, o el mes de agosto para volver el uno de septiembre con las baterías cargadas para soportar lo que de otra forma no se podría tolerar.

Las reivindicaciones salariales de los trabajadores con el fin de mejorar sus convenios colectivos, condiciones laborales y aumentos de sueldo han servido para consolidar el sistema de explotación capitalista, lo mismo que la lucha por mejorar las condiciones de la esclavitud -fue la postura de la iglesia católica- no abolió la esclavitud, sino que la consolidó "humanizándola". Así pues, las luchas obreras, según la retórica izquierdista, no han servido, por lo tanto, para la emancipación de la clase obrera, sino para su embrutecimiento y su alienación.

La vanguardia intelectual del sedicente movimiento de resistencia global reivindicaba, por ejemplo, la renta básica, el software libre y la libertad de movimientos transfronterizos, cosas que supuestamente iban a liberar a las multitudes, como si de consignas revolucionarias se trataran, cuando en realidad todo ello sirve para fortalecer el propio sistema al que dicen oponerse a fin de que funcione mejor. El llamado antagonismo hace que mejore, paradójicamente, el protagonismo del Estado y el Capital. 





jueves, 19 de septiembre de 2013

Hacían el amor y no la guerra

Las autoridades militares israelíes, hace unos años, metieron al calabozo a un trío de reclutas de ese país por el delito de no cumplir con su deber de hacer la guerra preventiva, como Jehová o Yahvé, o sea Dios, manda a través de su vicario en la tierra, que es el primer ministro o jefe o como se diga del estado de Israel, elegido democráticamente, no faltaba más. 

Jehová, o sea Dios, en efecto, manda a través de las urnas, que son hoy la expresión de su voluntad divina en los fundamentalismos democráticos, que se declare y haga la guerra a los moros infieles para ayudarlos a salir de la Edad Media, como diría alguno de nuestros intelectuales orgánicos, para lo que ha mandado levantar el nuevo muro del “apartheid”: no basta una línea imaginaria como frontera trazada en un mapa. Ha vuelto a alzarse, en efecto, otro muro como el de Berlín, que sirve de “limes” entre el pueblo elegido de Dios y los gentiles, y es una vergüenza y un insulto para la humanidad, sea ésta lo que sea.

Un hecho este de los soldados enchironados que no suele ser noticia en los medios de formación de masas mayoritarios, no porque no sucedan estas cosas, que suceden a veces, sino porque no se consideran noticias de envergadura ni “serias”: en el ejército se aplica el código de justicia militar y no se dan más explicaciones: la disciplina es la disciplina, y la obediencia es sagrada y, como la fe, ciega. 

Un militar puede ser privado de su libertad –expresión equívoca: ¿cómo va a ser privado de algo que no tiene?- y metido al calabozo simplemente porque lo ordene un superior jerárquico. No es preciso que medie un aparatoso consejo de guerra. 

El caso es que nuestros tres soldaditos, milicos rasos o gregarios, miembros de la clase de tropa, se hallaban, al parecer, montando guardia. Suponemos que quizá uno o una en una garita –aburrido o aburrida, todavía no hemos hablado de su sexo, pendiente de su inevitable reloj de pulsera o del móvil o celular, deseando que pase el tiempo, que se acabe- y los otros dos o las otras dos patrullando en pareja. En el ejército de Israel hay tanto varones como mujeres.

La pareja de patrulla se acercaría al puesto de guardia. Y allí se les pediría el santo y seña, a lo que ellos responderían con la contraseña. Eran centinelas que tenían la misión de proteger uno de los arsenales más importantes de armas de destrucción masiva de Israel. 

No creo que nadie se lleve las manos a la cabeza al constatar, como hago aquí, que Israel posee “weapons of mass destruction” de considerable calibre. Ni hará falta tampoco que la ONU envíe inspectores para cerciorarse. Es algo suficientemente conocido y consabido.

La noticia nos interesa porque los tres jóvenes soldados, que protegían la unidad de armas nucleares, químicas y bacteriológicas, en lugar de dedicarse a hacer la guerra preventiva, como es su oficio y como manda Jehová o Yaveh, o sea Dios, prefirieron entregarse, después de reconocerse y establecer el juego de las miradas y las palabras, la juventud bulle en la sangre de sus venas, a un amoroso “ménage à trois”, olvidándose de su misión, de su sexo y de si eran uno, dos o tres en el deliquio y arrobo del consorcio amoroso y del orgasmo. 

El trío fue sorprendido en mitad del juego erótico, suponemos que por el oficial de guardia. El “coitus” –esa acción de ir juntos en el olvido de sí mismos y de las demás cosas de este mundo a donde no se sabe: el sexo es una válvula de escape, la única, ay, que nos dejan- fue “interruptus” y los jóvenes –ah, juventud, divino tesoro, que cantó Rubén-, encerrados en el calabozo por su negligencia en el desempeño de su sacrosanta misión de perros guardianes del sistema,  según uno de los medios de formación de masas diarios de ese país, el periódico Yediot Aharonot. La noticia se  filtró con fecha 26 de febrero de 2004. Sin embargo los hechos sucedieron unos meses antes, según parece.

Los reclutas, al parecer, además de jóvenes no debían de ser muy ortodoxos, que digamos, dado que los judíos ortodoxos están exentos de realizar el servicio militar obligatorio ¡por razones religiosas! Los heterodoxos, en cambio, como nuestros reclutas bisoños, deben, una vez alcanzada la mayoría de edad a los dieciocho años, servir al Rey de Israel, sea éste quien sea, durante tres años los varones y durante veintiún meses las féminas, para que no haya mucha discriminación sexual.No se ha hablado en ningún momento del sexo de los reclutas. ¿Qué importa en realidad? Sólo se ha dicho que eran tres. Si tenemos en cuenta que el ejército israelí es mixto, como se ha apuntado, hay cuatro combinaciones posibles.


martes, 17 de septiembre de 2013

La Reina Necia



La Reina de las Españas se llama doña Sofía de Grecia. Notad el contrasentido, técnicamente oxímoro. ¿Cómo es reina de España siendo de Grecia? No sé si sabrá griego, supongo que sí, pues allí nació según cuentan las crónicas ya lejans. De lo que no me cabe mucha duda es que habla mejor inglés que  español. Parece mentira que siendo reina de España tenga ese acento tan anglosajón... ¿Por qué será? 



Ella pasa por ser una mujer muy culta, todo lo contrario del pazguato de su marido, tan culta como revela su nombre, que quiere decir sabiduría en la lengua de Homero. Pero si de griega tiene poco, de sabia no tiene mucho más. 

A juzgar por sus afortunadamente escasas declaraciones,  parece todo lo contrario de sabia, bastante necia. Y es que la cultura da barniz, pero no sabiduría.  La cultura se adquiere leyendo, viajando, asistiendo a conciertos y a exposiciones, pero todo eso no deja de ser muy superficial; si rascamos un poco con la uña, vemos que debajo no hay nada más que apariencia y presunción de sabiduría, pero no sabiduría de la buena.

Doña Sofía de Grecia desciende de una dinastía real condenada al ostracismo del exilio biritánico, pues en el país heleno se proclamó la libertad republicana, y ya no hay sitio para la monarquía, ni falta que les hace a los griegos en estos tiempos críticos de crisis de tantos valores bursátiles y morales.

domingo, 15 de septiembre de 2013

Cherchez le garçon!

Se dice  “cherchez la femme!”, lo que significa que hay que buscar a la mujer como móvil del crimen en las novelas policiacas que se basan en la realidad de la vida cotidiana, y que a veces la superan. Pero no hay que entender esta expresión en sentido literal, sino en el figurado, algo más allá de lo que dice:  hay que buscar el móvil sexual en todo crimen porque el sexo es el motor del mundo. El sexo es la expresión de una pulsión primaria. Algunos dicen que es la expresión del amor, pues bien, el amor también es el móvil de muchos crímenes porque, como dice el refrán,  hay amores que matan.

Lo de que hay que buscar a la hembra se explica por la vieja pelea por el coño por el que rivalizamos los machos. Algunos, por miedo de la vulva misma de la mujer, que imaginan como una vagina dentada, la sustituyen por el trasero de un efebo, por lo que también se debe decir que en algunos casos hay que “chercher le garçon” es decir, que hay que buscar al chico, porque tanto el chico como la mujer pueden ser manifestaciones de la vieja pelea por la posesión del coño primordial y primigenio, es decir, del móvil sexual del crimen.

Poco importa que el chico no tenga propiamente coño, y la mujer sí:  el muchacho tiene el coño metafórico de su boca, o el preciso de su culo, o los millares de resquicios de los poros de su piel por donde puede ser penetrado. Estoy hablando de lugares metafóricos pero reales, penetrables.


Estoy sugiriendo con lo dicho que la homosexualidad es un trasunto de la heterosexualidad, y que se explica por el miedo atávico del varón al sexo femenino, por el  "metus cunni" o miedo a perderse en un pozo sin fondo que nos empuja a sustituirlo por un sucedáneo o simulacro perfectamente válido.

No estoy diciendo que haya nada de malo en la homosexualidad. Líbreme Dios, si existe, que no existe y por lo tanto no va a poder librarme de ello. Digo, simplemente, que las cosas son así. Por eso el matrimonio homosexual no difiere gran cosa del heterosexual. Por eso ahora, una vez legalizado éste, se empieza a hablar del divorcio homosexual: el divorcio que refuerza la institución matrimonial.

De todas formas, me dice un amigo homosexual que los varones, seamos heterosexuales convencidos o no, no debemos renunciar a "sacar del armario al mariconcete que todos -pronuncia con énfasis lo de "todos"- llevamos dentro aunque no queramos, y a dejarnos encular, ofreciéndoles a otros varones las primicias de nuestra virginidad anal".

El ano, razona mi amigo, no es como piensan algunos sólo una válvula de escape, una puerta de salida, sino que también puede ser la puerta de entrada al séptimo cielo, al jardín del Edén, donde se halla el fruto prohibido del árbol del bien y del mal, que es la próstata, el punto neurálgico del placer masculino.  

Creo que lo que quiere mi amigo cuando me dice que saque del armario al mariconcete que llevo dentro, es descerrajarme el ojete del culo, cosa que no me han hecho nunca todavía. Me asegura que  hay tanto placer en recibir como en dar, e incluso afirma que hay más placer en la recepción que en la dádiva.

No sé, no lo veo claro. Es verdad que cuenta la leyenda que el adivino Tiresias, que había sido sucesivamente macho y hembra, cuando fue preguntado por Zeus que quién sentía más placer en la relación carnal si el varón o la fémina, contestó que indudablemente la mujer.

Es verdad que cuando contestó eso él, que podía ser macho y hembra sucesivamente, era mujer. Eso es lo que dijo el sabio ciego, que veía con sus ojos ciegos lo que los demás no vemos. Es posible que el orgasmo femenino sea infinitamente superior al masculino. ¿Cómo podemos averiguarlo?

Mi amigo asegura que dejándonos sodomizar bien sodomizados, dejándonos penetrar por la puerta de atrás, por la vagina que tenemos los varones para ofrecérsela a nuestros congéneres masculinos y para que nos hagan sentirnos mujeres y experimentar las mieles del orgasmo femenino multiplicado por la estimulación prostática.

No sé. A mí no acaba de convencerme, aunque a veces estoy tentado de probar. Me da la sensación de que aunque pueda llegar a ser placentero tiene que ser a la vez muy doloroso. Total, por probar una vez... Pero no acabo de decidirme. ¿Qué me decís vosotros, lectores masculinos si hay alguno? ¿Os han sodomizado alguna vez? ¿Habéis hallado algún asomo de placer en ello? ¿Y vosotras, lectoras femeninas? ¿Lo habéis probado? ¿Merece la pena o es mejor olvidarse de ello?